En investigación, la IA acelera descubrimientos. En la Universidad de Barcelona, el laboratorio de biotecnología utiliza BioMind, un sistema que analiza millones de papers científicos y bases de datos genómicas para proponer hipótesis de investigación novedosas. En solo 6 meses, ayudó a identificar tres nuevas dianas terapéuticas para el cáncer de páncreas, trabajo que normalmente llevaría años. Los investigadores no pierden el control: la IA sugiere, el humano decide y valida.
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Pero quizás el cambio más profundo está en la formación del profesorado. Gracias al programa DocenteIA 2025, impulsado por CRUE (Conferencia de Rectores), más de 15.000 profesores universitarios han recibido formación en alfabetización algorítmica, ética de la IA y diseño de actividades con soporte inteligente. Ya no se trata de “usar tecnología”, sino de rediseñar la pedagogía con la IA como aliada. En la Universidad de Salamanca, por ejemplo, los profesores de Filosofía usan IA para simular debates con pensadores históricos, permitiendo a los alumnos “discutir” con Nietzsche o Hipatia en tiempo real.
Claro que existen retos: garantizar la privacidad de los datos académicos (cumpliendo con el RGPD y la LOPDGDD), evitar la dependencia excesiva de algoritmos y asegurar que la IA no amplíe brechas digitales. Por eso, todas las soluciones implementadas en universidades públicas españolas operan bajo el principio de “humano en el bucle”: la IA asiste, pero la decisión pedagógica, evaluativa o ética siempre recae en el docente o el alumno.
En 2025, la universidad española no está siendo destruida por la IA —está siendo reconstruida por ella. Más humana, porque libera tiempo para la mentoría; más justa, porque se adapta a cada necesidad; más viva, porque conecta conocimiento con realidad laboral. La revolución no suena a robots tomando el aula: suena a estudiantes comprendidos, profesores empoderados y una educación que, por fin, se ajusta al ritmo y la complejidad de cada persona. La IA no reemplaza la universidad: la hace, por primera vez en décadas, verdaderamente centrada en el alumno.