Cómo protegerte en la práctica (herramientas españolas y europeas):
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- Navegación privada: Usa navegadores como Brave (bloquea rastreadores por defecto) o Firefox con extensión “Privacy Badger”. Evita Chrome si valoras tu privacidad.
- Email seguro: ProtonMail o Tutanota (ambas con servidores en Europa) encriptan tus correos. No uses Gmail para comunicaciones sensibles.
- Mensajería cifrada: Signal es el estándar oro. Telegram solo es seguro en “chats secretos”. WhatsApp, aunque cifrado, pertenece a Meta —evítalo para datos sensibles.
- Contraseñas robustas: Usa gestores como Bitwarden (gratuito y open source) o KeePassXC. Nunca repitas contraseñas.
- Autenticación en dos pasos (2FA): Siempre con app (Google Authenticator, Authy), NUNCA por SMS (vulnerable a SIM swapping).
- VPN de confianza: Solo usa proveedores europeos con política de cero logs, como ProtonVPN (Suiza) o Mullvad (Suecia). Evita las “gratis” —venden tus datos.
- Alternativas españolas: Usa buscadores como Qwant (francés, pero sin rastreo) o la española Ecosia (planta árboles y no guarda búsquedas). Para almacenamiento, Nextcloud España (alojado en servidores nacionales).
Qué hacer si te violan la privacidad:
- Documenta todo: capturas, emails, URLs.
- Contacta a la empresa: exige solución por escrito.
- Denuncia ante la AEPD: formulario online, gratuito, en español. Resuelven en 3-6 meses.
- Reclama daños: si hubo perjuicio económico o moral, puedes demandar. La AEPD te asesora.
Caso real 2025: “La denuncia que cambió una ley”
En enero de 2025, una usuaria de Málaga denunció a una conocida app de moda porque seguía enviando publicidad a su hija de 14 años pese a haber desactivado la geolocalización y el perfil publicitario. La AEPD multó a la empresa con 2,3 millones de euros y obligó a cambiar su política global. Hoy, esa app pide consentimiento explícito a menores en todos los países.
Conclusión:
En 2025, en España, tu privacidad digital no está en manos de Silicon Valley. Está protegida por leyes fuertes, una agencia activa (AEPD) y herramientas accesibles. Pero nadie te defenderá mejor que tú mismo. Conocer tus derechos, usar tecnología ética y exigir respeto no es paranoia: es ciudadanía digital madura. La red no tiene por qué ser un territorio de vigilancia masiva. Puede ser —y en España, cada vez más lo es— un espacio de libertad, control y dignidad. Tus datos son tuyos. Exígelos. Protégelos. Y si alguien los toca sin permiso, denúncialo. En España, la ley está de tu lado —y la tecnología, también.